La relación del ser humano con las abejas y la miel, en sus orígenes, no fue como cultivador o “ganadero”, sino como mero recolector. Los homo sapiens saqueaban panales naturales igual que podían hacerlo los osos u otros animales. No sabemos, a ciencia cierta, cuándo empezaron a hacer esto, pero hay pinturas rupestres de hace 8000 años en las que se representa a un hombre, descolgándose por una especie de liana, con un morral al cuello y algo como un panal en la mano, rodeado de puntitos fácilmente reconocibles como abejas.
Suponemos que en seguida aprenderían a utilizar el humo para ahuyentar a las abejas, ya que su piel era ligeramente más delicada que la de un oso ante sus picaduras.
Tampoco sabemos con seguridad, si durante la “Revolución Neolítica”, allá por el 5000 a.c., con el sedentarismo y la nueva afición a la agricultura y la ganadería, el ser humano ya conoció la apicultura, aunque fuera de modo rudimentario. Aunque hay restos arqueológicos del 7000 a.c., en Anatolia (Turquía), que demuestran usos más o
menos sofisticados de la miel y la cera de abeja. Leer más →
Un gran treball, Vicent. M’ha agradat moltisim.