Para aquellos que hemos nacido y crecido en estas tierras de la Plana Baja (Baixa) de Castellón en plena época de la posguerra civil española (año 1.936) los naranjos fueron testigos de nuestra de nuestro crecimiento, adolescencia, así como de nuestras aventuras juveniles. Aún recordamos con cierta nostalgia aquellos amaneceres y atardeceres donde los hombres del campo salían de sus humildes casas a pie con su manta, su azada y el saquet (su comida del día); otros más pudientes iban con bicicleta y otros con su carro lleno de herramientas de labranza. Y qué ocurría en los atardeceres, ¿lo mismo?, sí, pero la escena era muy diferente, pues iban llegando poco a poco de sus campos con los rostros sucios y cansados con ganas de llegar a su casa para ver a sus hijos, su mujer y descansar lo más posible para poder emprender la jornada del día siguiente. Leer más →
es un trabajo muy bueno muy interesante, siempre han habido y abran terremotos y catástrofes naturales, y es interesante porque cuando ocurrió el terremoto el puerto de Lisboa estaba lleno de barcos cargados de mercancía, en el siglo XIII Lisboa era el duño del mundo, el terremoto fue un trágico acontecimiento en esos momentos para la industria de Lisboa. y lo mejor de todo es que a causa de ese terremoto ya empezaron a documentar las catástrofes naturales.